viernes, 3 de enero de 2014

San Silvestre Vallecana 2013

La última carrera del año disfrutando junto a mi hijo y unos buenos amigos.

Martes, 31 de Diciembre de 2013


     San Silvestre no es un día como otro cualquiera. A pesar de durar lo mismo que cualquier otro día del año, el 31 de Diciembre se vive esperando a que se acabe. Es curioso. Parece que siempre nos falta tiempo para hacer cosas, que estamos buscando horas en la vida diaria para hacer esas cosas para las que nunca tenemos tiempo... pero a este día parece que le sobran las horas. Y para que la espera no se haga muy larga, la gente realiza cientos de actividades diferentes: unos se van de compras, muchos cocinan la última cena del año, otros quizás se hayan desplazado hasta algún lugar especial donde disfrutar las últimas horas del año en especial compañía, algunos hacen balance del año que se acaba, otros plantean cómo afrontar el año que comenzará en pocas horas... Pero hay otros que dedican estas últimas horas a disfrutar, de forma muy especial, corriendo. Y hay cientos, si no miles, de carreras que se organizan en España este día. Una de ellas, la San Silvestre Briviescana. Pero de todas ellas, quizás la mas conocida sea la San Silvestre Vallecana.

     Un total de 39.000 participantes se habían inscrito este año en esta afamada carrera que, como es ya tradicional, transcurre por un recorrido que comienza en el Estadio Santiago Bernabeu y finaliza en las inmediaciones del Estadio del Rayo Vallecano. Y para desplazarse hasta la zona de salida, los participantes, vestidos este año de rojo y muchos de ellos disfrazados, utilizaron en su mayoría el metro.


     Las puertas de salida del Metro eran un bullir de gente, que anunciaba la muchedumbre que se estaba dando cita en los alrededores del estadio Bernabeu. Pude ver un grupo de guerreros pretorianos con sus lanzas y armaduras de cartón, junto a la más diversa fauna, desde un dragón chino hasta un tigre de bengala consultando sus mensajes en el móvil.


     Los Gorros de Papa Noel se veían por doquier, junto con algún pato mareado. También se acercaron hasta allí Pi-Pi Calzaslargas de pelo rosa junto a un Jimi Hendrix de piel blanca, algunos osos amorosos y muchas gogós de pelos multicolores.


     Y entre todos ellos allí estábamos nosotros, caracterizados con pelucas multicolores, dispuestos a disfrutar de una tarde super-divertida y especial. Esta iba a ser la primera carrera de 10K para Pablo, y no podría ser de otra forma.




     La salida de la Carrera Popular estaba prevista para las 5:30 de la tarde, pero desde más de medía hora antes los corredores empezaron a colocarse en sus respectivos cajones de salida, asignados de acuerdo a las marcas acreditadas: 38 min, 40 min... 52 min, 60 min... Women, más de 60 min... Las cercanías del Bernabeu, vistas desde el cajón de 52 min eran una verdadera mancha roja, rebosante de actividad, música y diversión.


     Y la carrera dio comienzo, tras una multitudinaria cuenta atrás, a las 17:30 en punto. Era el momento de que los más rápidos comenzaran su desenfrenada carrera hacia la meta. Nosotros aún tendríamos que esperar unos cuantos minutos antes de empezar a correr tras pasar por debajo del arco indicador de la salida.


     Y allí estábamos ya, frente a la subida de Concha Espina para tomar enseguida la calle de Serrano y enfilar hacia la Puerta de Alcalá. Rojo, todo era de color rojo, menos las pelucas multicolores de algunos, las gafas amarillas y el gorro del Papa Noel daltónico y las luces navideñas de las calles de Madrid. Al llegar a la Plaza de la República Argentina cubríamos el primer kilómetro.


     Dice alguien que conozco que le gusta correr para disfrutar de las calles y de los edificios, para sentir la belleza de todo lo que transcurre a su alrededor mientras se desplaza por la ciudad. Esta carrera me permitió, a pesar de la ingente cantidad de participantes, poder experimentar esa estupenda sensación. La calle Serrano descendía lentamente hacia la Plaza de la Independencia, allá por el kilómetro 3.5 del recorrido, y hacia allí nos dirigíamos todos con una sonrisa y tiempo suficiente para posar frente a la cámara frente a un telón de fondo de color rojo.


     Serrano nos llevó a la Puerta de Alcalá y desde allí bajamos hasta Cibeles, en el kilómetro 4, donde al pasar junto a la fuente de la Diosa griega de la tierra fértil se oyeron gritos de "Ala, Madrid" . Íbamos a buen ritmo, teniendo en cuenta que era la primera carrera para Pablo. Seguimos por el Paseo del Prado camino de la estación de Atocha, y los gritos oídos en Cibeles fueron replicados con gritos de "Atlético, Atlético" al paso por la fuente del Dios del Mar. El ambiente festivo deportivo rebosaba por todos los rincones y los participantes disfrutaban con cada zancada mientras dejaban el Museo del Prado tras de sí.


     La estación de Atocha nos recibió iluminada al llegar a la Glorieta de Carlos V. Allí comenzaba la Avda. Ciudad de Barcelona que nos iba a llevar, en continuo descenso, hasta el Km 7. Los kilómetros iban cayendo uno tras otro pero eso no afectaba la sonrisa y las ganas de divertirse de todos los participantes.


     Y llegamos al Km 7 donde nuestro grupo se amplió en un miembro más, un componente muy especial y con más ilusión por llegar a la meta tras recorrer los últimos 3 Km del recorrido que todo el resto del grupo juntos. Para llegar al Km 7.5 habíamos empleado 43m:40s, a un ritmo de 5:49 min/Km, pero Pablo se veía fuerte para ir más rápido. A pesar de que la pendiente cambiaba de signo, nos separamos del resto del grupo una vez pasado por debajo del puente de la M30 y emprendimos nuestro particular final hasta la meta por la Avda. de la Albufera. Pablo tiraba, y yo le seguía al ritmo que él marcaba.

     La Avda. de la Albufera se hizo larga, pero llegamos arriba con ganas de seguir corriendo. Noche cerrada ya en Madrid. Quedaba poco más de un kilómetro para la meta, y en las caras de todos los participantes se podía adivinar el deseo de cruzar la meta cuanto antes. Todos corrían hacia su destino final, y nosotros no íbamos a ser menos. En las inmediaciones del Estadio del Rayo Vallecano, una curva a la derecha nos sacó de la Avda. de la Albufera y nos condujo por las Calles Martín Álvarez y Martínez de la Riva hacia el Parque Fofó, donde se encontraba el arco que marcaba el final del recorrido. Pablo lo pasó con los brazos en alto, en señal de victoria por haber conseguido completar su primera carrera de 10 Km.


     Al final conseguimos parar el crono a los 58:42 minutos, manteniendo un ritmo fenomenal en los últimos kilómetros de carrera. Un registro estupendo para una carrera concebida para el disfrute personal.


     Enhorabuena a todos los que consiguieron terminar esta carrera tan popular, sobre todo a los ganadores Juan Antonio Cuadrillero Barranco (30:41) y a Pilar García Rivas (36:33). No pudimos ver la llegada de Leonard Komon (28:02), Ayad Lamdassem (29:05) y Roberto Alaiz (29:08) en la carrera Internacional porque teníamos que ir a cenar con el resto de la familia, y nos quedaba un rato largo para llegar. Pero otra vez será.

     De esta inolvidable experiencia yo me quedo con tres cosas: el fantástico ambiente festivo y deportivo de esta cita multitudinaria en la que Pablo y yo hemos participado por primera vez,  la inestimable compañía de un sensacional grupo de amigos con los que pude compartir mesa además de carrera y, como culmen de todo, la cara de satisfacción de Pablo tras conseguir cruzar la meta. ¡¡¡ Ahora, a reponerse de las agujetas !!!


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