De Santo Domingo de la Calzada a Briviesca, fin de esta aventura en el Camino...
Lunes, 31 de Octubre de 2011
Camino de Santiago Francés o Via Romana de Italia a Hispania... Por cuál decidirme? Aunque, pensándolo mejor... por qué elegir si puedo disfrutar de las dos cosas a la vez ?
Esta es la última etapa de mi Camino particular, que empecé hace 10 días en Saint Jean Pied de Port en compañía de mi primo Estanis, que siguió por tierras Navarras acompañado por Gabi, continuó por tierras riojanas rodeado de numerosos peregrinos, disfruté de "La Madriguera" en San Asensio, compartí ruta y mesa con Felipe y Marisa, y que hoy termina en Briviesca, mi pueblo natal, que aunque no está en el Camino Francés, es etapa clave en la Vía de Bayona, Camino interior que une Irún con Burgos por tierras alavesas y castellanas.
Una etapa larga, de unos 42 Km, de los que los 12.5 primeros discurrieron por el Camino de Santiago Francés, entre la riojana Santo Domingo de la Calzada y la burgalesa Castildelgado, los casi 10 Km siguientes fueron de unión entre los dos antiguos caminos, el de Santiago y el romano, en Cerezo de Rio Tirón, y los 20 últimos transcurrieron por un tramo de la antigua Calzada que unía Italia con Hispania.
Pero empecemos por el principio... Nos habíamos quedado en Santo Domingo de la Calzada, y desde allí partí con las primeras luces tras haber desayunado en uno de los bares abiertos a esas horas en el Paseo del Espolón. Siguiendo este Paseo hacia el oeste llegué a las puertas del Parador Bernardo de Fresneda, antiguo convento de San Francisco, y la Avenida de la Rioja me llevó hasta las afueras de la ciudad, donde me esperaba el Rio Oja, quien ha dado nombre a la región. Al comienzo del largo puente de 16 arcos sobre su cauce, se levanta la Ermita del Puente, que fué costeada, según reza la inscripción de su arcada principal, por Doña Cecilia Marín en 1917.
La ruta avanza durante un kilómetro por la antigua N-120 hasta encontrar, tras sobrepasar las altas chimeneas de ladrillo del polígono de las Tejeras, un andadero paralelo a la izquierda de la carretera. Los campos de cereal estabán preparadaos para la siembra, y las nubes de la mañana resaltaban sobre el fondo azul del cielo. El sol, recien levantado, doraba los campos y fabricaba unas largas sombras sobre el camino en la dirección de la marcha.
El primer pueblo que se encuentra en la etapa de hoy es Grañón, situado a algo más de seis kilómetros de Santo Domingo, al que accedí por un camino entre las fincas que rodean el nucleo urbano. Desde allí, echando la vista atrás, se podía disfrutar de una estupenda vista con la Sierra de Cantabria al fondo. En el centro de la población se levanta la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, que data de los siglos XV y XVI. Consta de una nave de tres tramos, presbiterio y cabecera ochavada de tres paños, y con una torre campanario formada por dos cuerpos de sillería.
Como no sabía si iba a poder encontrar algún otro lugar para tomar algo en el recorrido de esta jornada, paré en Grañón en un bar de la calle Mayor, cercano a la Iglesia. Allí repuse fuerzas y amablemente me estamparon en la credencial el sello del establecimiento, dando fe de mi paso por este pueblo riojano.
Al poco de abandonar Grañón volví la vista atrás y me encotré con la magnífica silueta del pueblo, de la que despuntaba la torre de San Juan Bautista, recortada en contraluz sobre las lejanas montañas. Una imagen imborrable.
Y un poco más adelante me esperaba la linea divisoria imaginaria que separa dos provincias, dos regiones, dos comunidades. Sin embargo, más que una divisoria es una linea de atadura, de unión, ya que siempre ha existido una gran relación personal, laboral y comercial entre estas dos regiones: La Rioja y Castilla.
Redecilla del Camino, primera población de la ruta en la provincia de Burgos, al pie de la Sierra de la Demanda, fue conocida antiguamente como "Redecilla de los Francos". La localidad es citada como uno de los hitos más importantes del Camino en el primer Diario del Peregrino, el Codex Calixtinus.
Redecilla, junto con otros pueblos cercanos a La Rioja, constituyen la llamada Riojilla Burgalesa, y las vides a la entrada del municipio lo confirman. Desde el punto de vista urbanístico, esta localidad presenta la estructura lineal típica de un pueblo del Camino, con los edificios agrupados a ambos lados de la Calle Mayor por la que transitaban los peregrinos.
Mencionado por primera vez en 1028 en el Cartulario de San Millán de la Cogolla, el pueblo contó con un hospital dedicado a San Lázaro, hoy desaparecido. Nuestra Señora del Camino, en la calle Mayor, es la actual iglesia parroquial, obra de los siglos XVII y XVIII. A los pies del lado de la epístola de la iglesia se encuentra el baptisterio, que alberga en su interior uno de los mejores ejemplares de pilas bautismales románicas, originaria del siglo XII, conservados en la actualidad.
La pila, alzada sobre un pie formado por ocho semicolumnas adosadas a un núcleo circular, tiene forma de copa con embocadura lobulada y asemeja una ciudad amurallada, con torres, almenas y ventanas. Esta ciudad imaginaria constituye una representación simbólica de la Jerusalén Celeste, defendida por ocho torreones semicirculares en altorrelieve que coinciden con cada uno de los lóbulos de la embocadura, junto con ocho matacanes coronados con cubiertas triangulares.
Empezando a abandonar Redecilla del Camino recibo la llamada de los "3 jotas", el grupo de peregrinos leoneses, desde Castildelgado, el siguiente pueblecito a menos de 2 Km de distancia. Quedo con ellos en el Hostal El Chocolatero para degustar nuestro último desayuno juntos. Buena gente estos leoneses que siempre cuidaban bien su estómago. Tras despedirme de ellos, que continuaban su Camino en busca de Belorado, Villafranca Montes de Oca o, quizás, San Juan de Ortega, abandono en este punto el Camino Francés y me adentro por tierras castellanas. A mi derecha se queda Ibrillos, al pie de una colina, y continúo mi ruta en busca de otro Redecilla, esta vez del Campo.
Redecilla del Campo, a menos de 5 Km de Castildelgado, es una pequeña población ubicada en la cuenca del río Tirón y que vive del cereal, las pocas vides que quedan y el pastoreo. La iglesia de San Pelayo se alza, altiva, en el centro del pueblo, dando la bienvenida a los pocos caminantes que se llegan a acercar hasta aquí.
La alargada silueta de la villa de Cerezo de Río Tirón, a 4 km de Redecilla del Campo, ocupa la ladera de un elevado cerro que se alza desde la misma orilla del río Tirón, de quien recibe su gentilicio. La milenaria localidad posee un denso pasado que se inicia en los tiempos prehistóricos, cuando se convirtió en la importante ciudad autrigona de Segisamunculum. También fue un hito fundamental en las comunicaciones romanas y durante la Alta Edad Media estuvo entre las plazas más disputadas por cristianos y agarenos.
En su camino hacia el Ebro, el río Tirón, que es el principal curso de agua que nace en la vertiente septentrional de la Sierra de la Demanda burgalesa, ha excavado en los blandos materiales del Terciario un valle singular a su paso por Cerezo. De su Castillo, que se recorta airoso en el horizonte, sólo quedan en pie algunos restos de la muralla norte. Y entre sus diversas iglesias se puede destacar la de San Nicolás de Bari, neoclásica del siglo XVIII compuesta por tres naves, y contiene diversos retablos traídos de las antiguas iglesias y ermitas que hubo en el pueblo.
Una de estas iglesias, la de Nuestra Señora de la Llana, fechada entre los siglos XI-XIII, fue cerrada a finales del siglo XVIII, y el edificio abandonado. De ella procede la portada románica que se encuentra en el Paseo de la Isla de Burgos desde 1931, y que fue recuperada en el año 1928 tras una denuncia cuando se encontraba ya embarcada con rumbo a Nueva York, con sus piedras marcadas como máquinas de coser. Menos suerte corrió un bajorrelieve, especie de tímpano que representa la Adoración de los Reyes Magos, y que se encuentra en el Museo de los Claustros de Nueva York.
Los romanos hicieron pasar por las inmediaciones de Cerezo de Río Tirón varias de sus calzadas, entre ellas la vía “De Italia a Hispania”, que ya se describía en el Itinerario de Antonino, un documento escrito probablemente en tiempos del Emperador Caracalla (196-217 d.C.). Partiendo de Milán (Mediolanum), enlazaba con la costa Mediterranea en Tarragona (Tarraco) y penetraba en el norte peninsular (Hispania Citerior) a través del Valle del Ebro pasando por Zaragoza (Caesar Augusta), para finalizar su trazado en León (Legio VII Gemina). La Vía transcurría por las ciudades romanas de Virovesca (Briviesca) y Segisamunclo (Cerezo de Río Tirón), y al igual que circuló el oro de Las Médulas y del noroeste peninsular camino de Roma, yo transitaré por ella camino de Briviesca.
20 kilómetros de calzada solitaria por la zona denominada del Páramo, bastante bien señalizada (aunque no tan copiosamente como en el Camino de Santiago) y con un recorrido amenizado por la información sobre las vías romanas que salpicaba toda la ruta; ¿Qué eran los Miliarios?, ¿De cuántas capas estaban construídas las calzadas?, ¿Qué materiales se utilizaban en su construcción?, ¿Qué transportes y mercancías circulaban por ellas?, ¿Cómo superaban los obstáculos geográficos?...
Campos de Castilla. Solitarios. Interminables. Más de tres horas de caminata, entre campos de cereales recolectados y nubes algodonosas. Del concurrido Camino de Santiago a la solitaria Vía Romana. Tiempo para pensar, para recapacitar, para analizar lo que han sido los días pasados. Para revivir a las personas que se han conocido, y para recordar a las que te gustaría tener a tu lado...
Campos de Castilla. Entre la tierra y el cielo. Más o menos campo, más o menos nubes. Nubes de las que hay que ir descendiendo a la tierra firme. Al día a día. A la rutina...
Campos de Castilla. Un tractor iba y venía de un lado a otro de la finca, sembrando cada vez la anchura de su aparejo. Parecía que siempre iba por el mismo sitio, repitiendo el mismo movimiento, impertérrito, pero con cada ida y venida, avanzaba lentamente hacia el final. Igual que en el Camino. Cada etapa no parece mucho, pero la constancia hace que, al final, llegues (imponderables aparte) donde te habías propuesto. Así, mas de 270 Km desde Francia, un paso tras otro... Caminante, no hay camino, se hace camino al andar... Golpe a golpe, verso a verso...
Campos de Castilla. Nubes sugerentes, con formas caprichosas flotando bajo el azul del cielo. Inesperadas siluetas, cambiantes a cada instante. Sugerentes cuadros vivos.
Y allí está, a la falda del Monte de los Pinos. Miliario a miliario, tras más de tres horas de solitario caminar, Briviesca apareció en lontananza, por fin a la vista, casi a tiro de piedra. Llegué a mi destino por la trasera de la estación de tren, cada vez visitada por menos trenes, y por lo tanto, por menos viajeros.
Y a las 16:15 llegué a la Plaza Mayor de Briviesca, centro neurálgico de la ciudad que en la tarde de ese lunes otoñal, víspera de la Festividad de Todos los Santos, parecía desierta. El templete de la música, símbolo inconfundible de la villa, que como un imán atrae a todo el pueblo a cantar el Himno el 16 de Agosto, se erguía altivo en el centro de la Plaza. La imponente torre del Palacio del los Soto y Guzman, sede del ayuntamiento y recientemente reformado, se eleva como telón de fondo tras el templete.
Y en el lateral contiguo de la Plaza Mayor, la Iglesia parroquial de San Martín, que junto a la Colegiata de Santa María y la iglesia Conventual de Santa Clara, componen la trilogía religiosa briviescana. Briviesca tiene mucho que ver, que mostrar, que contar, aunque no siempre se sepa cómo hacerlo... Una ciudad rica en innumerables aspectos, aunque no todos los que viven en ella sean conscientes de su verdadero valor. "Histórica, artística, acogedora y dulce", reza su tarjeta de visita. No me puedes negar que, como poco, los calificativos son atrayentes, ¿no te parece?.
Briviesca, donde "el que no caza pesca", se merece una entrada específica en este blog. Sirva esta mención como una breve introducción a esta reseñable ciudad, que últimamente se está convirtiendo en el Solar de Castilla, y no por referencia al Cantar del Mio Cid, sino por el incontable número de solares que invaden el casco histórico del pueblo a la espera de acoger un edificio en su seno. Pero esa es material para otra historia...
Aquí se acaba esta andadura por el Camino de Santiago. De Francia a Briviesca en 10 etapas. Casi 300 Km recorridos y un gran número de peregrinos con quien me he cruzado y compartido experiencias diversas. Si te has visto atraído por esta aventura, no te conformes con leerla... Te invito a que cojas tu mochila y te conviertas en peregrino, aunque sólo sea por unos días...
"Mañana 42 Km hasta Briviesca... Ya os contaré si lo he conseguido (que lo haré...!!!) y cómo lo he terminado... Ha sido una experiencia entrañable e inigualable, con etapas duras y sencillas, largas y cortas, pero como siempre la diferencia está en la gente con la que te cruzas, con la que te reencuentras o con la que te acompaña en algún trayecto... Y cómo no, la que te sigue día a día leyendo estas crónicas que, lo único que pretenden es compartir con vosotros la realidad personal que, para mí, han significado estos diez días. Una vivencia indescriptible que, cuando la experimentas, quieres indudablemente volver a repetir... La próxima vez quizás sea el Camino del Norte, con mar y montañas... Hay algo mejor ???
Un fuerte abrazo para todos. Me voy a dormir que mañana, aunque es el último, me toca un día largo. Santo Domingo de la Calzada, 30-Oct-2011."
"Brviesca, 31-Oct-2011.
¿¿¿ Y mañana qué ???
Esto se ha terminado por esta vez... Una etapa larga y solitaria me ha traído hasta Briviesca. Un mensaje corto esta vez (para que algunas no se cansen de leer y les quede energía para contestar...) para deciros que ya estoy en el final y que esto es el principio de otro camino, diferente, pero que hay que continuar en el punto en el que lo dejé.
Desde Sto Domingo de la Calzada, en La Rioja, a Castildelgado, ya en la provincia de Burgos, he caminado 12.6 Km siguiendo las flechas amarillas, y allí he dejado el camino para desviarme otros 8 Kms hasta Cerezo de Río Tirón donde, siguiendo las indicaciones de la Vía Romana Italia-Hispania, he llegado a Briviesca, justo por la trasera de la estación del tren. Este ultimo tramo de 20 Km, sin pueblos y transitado únicamente por mí, ha puesto el punto final a esta aventura, que siempre (y día a día) he querido compartir con vosotros.
El tractor de la foto que os envío iba y venía de un lado a otro de la finca, sembrando cada vez la anchura de su aparejo. Parecía que no hacía nada pero, con cada ida y venida, avanzaba hacia el final. Igual que en el Camino. Cada etapa no parece mucho, pero la constancia hace que, al final, llegues (imponderables aparte) donde te habías propuesto. Así, mas de 270 Km desde Francia, un paso tras otro... Caminante, no hay camino, se hace camino al andar... Golpe a golpe, verso a verso...
Cuidaros mucho y sed felices, y sobre todo no dejéis de sonreír, que no cuesta un duro...!!!
Besos y abrazos para todos, y todos enormes y con el mayor cariño del mundo.
Y en contestación a mi mensaje, recibí la entrañable respuesta de Juanquis, gran amigo peregrino que entró en mi vida en Portomarín durante mi primera andadura por el Camino:
"Alfonso,
Nuestros ojos, nuestras piernas, nuestra alma te acompañan en esta porción del Camino que, de hacerlo algún día, irán empapados de sus primeras impresiones. Creo que voy a echar de menos estos correos, sorprendentemente extensos. ¿Cómo los has escrito? ¿Cuándo? ¿Con qué teclado? No te imagino dándole al móvil...
Me alegro de ser testigo de lo bien que lo has pasado, de saber que fruto del esfuerzo ha merecido la pena, de que hayas sido capaz de transmitirnos esas ganas por dejarlo todo, arrear con la mochila y lanzarse a caminar sin prisas, sin metas, sin expectativas.
Carol, deberíamos hacer un pensamiento y lanzarnos a caminar con ese buen rollo que despierta Alfonso.
Gabi, qué envidia de esos días pasados con tu colega y siento de veras que no hayas podido estirarlo más. Pero más oportunidades habrá.
Ahora a la p... rutina del resto de los días. Pero yo siempre me digo: Esas aventurillas también son nuestro día a día, al igual que las narraciones de Alfonso han formado parte de nuestra p... rutina por un tiempo. Gracias por compartirlo con nosotros. Inmerecido privilegio.
Besos para todos.
Juanquis
PD.- Ahora me voy a poner transcendental: Hagamos de cada uno de nuestros días una etapa de un camino y disfrutemos de cada paso."
Por cierto, Juanquis, no sé si te lo había dicho, pero los mensajes los escribía desde mi móvil, con paciencia, mientras descansaba tirado en la litera del albergue al final de cada etapa... Un abrazo!!!
Etapa anterior: Camino de Santiago Francés - Novena Etapa. De Nájera a Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada
Entrada siguiente: Camino de Santiago del Norte - Desde el Aeropuerto de Asturias a Finisterre, unos 350 Km a pie.
Me encanta tu reportaje. No es nada habitual el recorrido que describes y me ha sorprendido gratamente ya que yo soy de Cerezo y describes muy bien una zona tan conocido por mí.
ResponderEliminarMe ha sorprendido un poco lo de las pocas vides de Redecilla del campo ya que en la actualidad no creo que haya ninguna.
De todas formas ante la duda me informaré.
Gregorio, muchas gracias por tu comentario. Siendo, como soy, de Briviesca, las planicies de La Loma y sus alrededores también son zonas muy cercanas y conocidas para mí. En cuando a tu comentario sobre Redecilla decirte que no me refería a Redecilla del Campo, vecina de Cerezo, sino a Redecilla del Camino, cercana a Castildelgado sobre la carretera N-120 Burgos-Logroño. Allí, como se ve en una de mis fotos que acompaña al texto, si hay viñas a la entrada del pueblo. Un saludo, y me alegra mucho que te haya gustado el reportaje.
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